miércoles, 25 de junio de 2014

Piso supervisado para personas con trastornos mentales graves

Ayer se firmaba el convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Puerto del Rosario para poner en marcha en Fuerteventura un piso supervisado para personas con trastornos mentales graves. El alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales, y el presidente de la Asomasamen, Matías López Cabrera, firmaron el convenio en presencia del concejal de Servicios Sociales, Alejo Soler, y del consejero de Bienestar Social del Cabildo, Víctor Alonso.
Comienza así a hacerse realidad una de las reivindicaciones prioritarias para ASOMASAMEN:  dar respuesta a las necesidades de alojamiento de algunas personas con trastornos mentales graves.
ASOMASAMEN asumirá la gestión del piso, cedido por un empresario de Fuerteventura,  y que irá dirigido a personas con trastornos mentales graves con demanda de un alojamiento alternativo y sin necesidad de supervisión las 24 horas.

Para el desarrollo de este recurso se cuenta con la contribución del Ayuntamiento del Rosario (mantenimiento del inmueble), la colaboración económica del Cabildo de Fuerteventura (15.oo€) y la colaboración profesional de los servicios sociosanitarios de salud mental de la isla.
Este proyecto de piso supervisado se define como un recurso de soporte social ubicado en una vivienda en la que van a convivir tres personas con enfermedad mental grave y persistente que cuentan con un nivel aceptable de autonomía y que tienen dificultades  para cubrir de un modo independiente sus necesidades residenciales. Su objetivo general es maximizar la autonomía personal y fomentar el papel activo de la persona
Las personas residentes en piso contarán con la supervisión de un monitor/a durante algunas horas al día, fomentando su autonomía y el tránsito a una vida independiente.
También, el Ayuntamiento de Tuineje ha dispuesto la reserva de un piso en Gran Tarajal en su próxima promoción de viviendas de protección oficial como alojamiento para personas con trastornos mentales graves .

Disponer de una vivienda digna y estable constituye una necesidad básica y esencial de cualquier ciudadano/a. 

Las personas que tienen una discapacidad derivada de una enfermedad mental, presentan una compleja problemática social y sanitaria que afecta a aspectos como su integración social, laboral y su participación en la comunidad. Por lo que se hace imprescindible atender sus diferentes dificultades psicosociales y necesidades sociales con el fin de evitar situaciones de deterioro y marginación, y de procurar posibilidades y oportunidades efectivas de rehabilitación e integración social normalizada en la comunidad.

Algunas personas con trastornos mentales graves tienen dificultades para cubrir autónomamente sus necesidades de alojamiento y cuidado, para acceder y mantenerse en una vivienda digna y adecuada a sus necesidades, debido a diferentes causas.
Ante esto, es necesario contar con un abanico de alternativas de vivienda y atención residencial, que cubran sus diferentes necesidades de alojamiento, cuidado y supervisión, permitiendo su mantenimiento en la comunidad en las mejores condiciones de autonomía, calidad de vida y bienestar: desde el mantenimiento en el propio domicilio a la posibilidad de utilizar recursos sociales residenciales específicos (residencias,  pisos supervisados, etc.).  
La inexistencia de este tipo de recursos en Fuerteventura obliga al traslado a dispositivos existentes en otras islas o comunidades autónomas, tanto públicos como privados, que suponen la separación del entorno familiar y social, y un esfuerzo económico para las familias. 
En respuesta a la demanda de las familias y defensa de los derechos de las personas con enfermedad mental, ASOMASAMEN ha reclamado la implicación tanto de las instituciones públicas como de los recursos de salud mental de la isla para poder disponer en Fuerteventura de estos dispositivos.
Dentro de las alternativas de alojamiento necesarias en Fuerteventura en salud mental, los pisos supervisados ofrecen a personas con dificultades para atender sus necesidades de alojamiento o en situación de riesgo de marginación, un recurso residencial que les posibilita poder residir en una vivienda normalizada y un medio para avanzar en su proceso de recuperación.  
Estos programas residenciales, dirigidos a personas con discapacidad derivadas de enfermedades mentales graves, implican la cobertura de un conjunto de necesidades básicas de la vida cotidiana, como son: la vivienda, la manutención, determinados cuidados básicos (aseo, autocuidados, medicación, organización cotidiana, etc.), y relaciones interpersonales significativas. 

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